El renacimiento de Larry vía crowdfunding

Hace más de un año que 15$ salieron de mi tarjeta para financiar el remake de Larry, la mítica aventura gráfica del 87, que ya tuvo una revisión en el 91 (me atrevería a decir que es al que la mayoría jugamos).

El otro día me llegaba el mail para que me descargara la versión final (sin DRM, para Windows, MAC o Linux) desde la web de los creadores, Replay Games, o también a través de Steam (creo que aquí la versión Windows llevaba DRM).

Y este fue el resultado:

El #crowdfunding dio sus frutos. God save Larry

A post shared by Iván Fanego (@fanego) on

Lo poco que he visto hasta ahora tiene buena pinta, a nivel gráfico muy en la línea del recuerdo que guardo de Larry 7. En cualquier caso, no esperaba gran innovación y en parte pagaba por todo lo que no pagué en su día.

A pesar del retraso de unos cuantos meses sobre la fecha inicial prometida (algo que parece bastante habitual en muchos proyectos de crowdfunding) el resultado final no desmerece.

Sigo pensando que el crowdfunding jugará un papel importante en la industria del videojuego, a pesar de los pequeños pufos idas de olla de algunos de los proyectos más importantes, como OUYA o el Broken Age de Double Fine. Si en el primer caso no parece que se haya gestionado bien la relación con los backers, o, casi más importante, alcanzado un producto final decente, en el segundo es bastante llamativo que se necesite más tiempo (y dinero) cuando se recaudó varias veces la cantidad inicial.

Es lógico que haya intentos de estafa y proyectos que no cumplan expectativas: no estamos comprando un producto, estamos colaborando para que se cree y eso tiene sus pequeños riesgos.

Crowdfunding en videojuegos: ¿innovación o lo de siempre?

In the crowd
Empiezo este post con una pequeña enhorabuena: habrá remake de Larry, la meta de los 500.000 dólares se alcanzó y sobrepasó, no con un éxito tan espectacular como el Schaffer, pero se hizo. Mis 15$ están, espero, en buenas manos.

Aunque sea un fenómeno interesante y al que hay que estar atento, quizá no sea la revolución que muchos esperan.

“Sólo” el 25% de los proyectos de videojuegos alcanza su objetivo, frente al 45% de media en Kickstarter. Una cifra que habría que poner en contexto y comparar con la “industria tradicional”, claro.

Pero lo que me parece más importante, es que los usuarios somos conservadores. Me he rascado el bolsillo por un remake de un juego que me encantó en mi adolescencia. No he financiado nada nuevo, no he corrido riesgos: y parece que es la línea que están siguiendo los juegos que consiguen financiación, que cuentan con equipos respetados y conocidos e ideas que ya han sido probadas.

Nos quejamos de la repetición de fórmulas ya conocidas, pero cuando podemos financiar los proyectos que queremos vamos a lo conocido, a lo que no nos defraudará.

¿Es la masa estúpida, demasiado conservadora? Quizá sólo falte madurez y especialización: a medida que más proyectos vayan surgiendo y más habituales sean este tipo de operaciones es probable que veamos mayor innovación. De momento lo que vemos es el resultado de algo lógico: se financian proyectos con difícil salida comercial, una comunidad de fans concentrada y equipos de desarrollo capaces de movilizarlos.

Creative Commons License ImagenStefano Corso via Compfight